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La motricidad fina es la habilidad que permite realizar actividades que requieren una mayor precisión, es decir, todas aquellas actividades en las que necesitamos un control de nuestras manos, nuestros dedos o de nuestros pies, por ejemplo, para realizar movimientos más pequeños. Dentro de estas, hablaríamos de hábitos tan cotidianos como cepillarnos los dientes, abrocharnos una camisa, usar los cubiertos, atarse los cordones o, incluso, escribir, sin olvidarnos de la influencia en la orientación espacial y la lateralidad.

Todo ello también afectará a la independencia y autonomía de una persona a la hora de realizar tareas más complejas. Pero además de la influencia la motricidad en los hábitos cotidianos, no debemos olvidarnos de la importancia que tiene también de cara a las habilidades sociales, ya que la persona estará más preparado para enfrentarse a nuevos retos o el trabajar en equipo.

A continuación, os dejamos alunas actividades que hemos encontrado por la red y nos han parecido interesantes para realizar en casa.